El
poder y la violencia en La paz perpetua
Juan Mayorga no entiende el
teatro únicamente como mera diversión, su teatro también tiene el objetivo de
provocar la reflexión en el espectador:
«En cuanto a mi propio teatro, no creo ser un
autor moralista, pero sí soy un autor
con preocupaciones morales porque soy una persona con preocupaciones
morales. No sé si el teatro puede cambiar el mundo, pero creo que debo hacer
teatro como si éste pudiera cambiar el mundo. En general creo que, si bien no
hay que exagerar acerca de la capacidad del arte para transformarnos, hay que
hacer arte como si el arte tuviera
esa capacidad transformadora.»[1]
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Juan Mayorga: cultura.elpais.com |
Este dramaturgo se ciñe a la realidad de un modo muy peculiar,
en este caso, a modo de fábula; en el que los perros actúan como podría actuar
cualquier ser humano. Se trata de tres perros que luchan por una plaza en unos
exámenes para combatir el terrorismo, el examinador es Casius (otro perro experimentado)
que siempre va acompañado del Humano; el Humano es quien cuida y observa a los
perros en sus pruebas. Parece un
argumento de lo más sencillo, pero este gran autor incluye temas tan
contemporáneos y polémicos como el terrorismo, la existencia de Dios, el bien y
el mal…Estos perros son capaces de reflejar al humano en todos los aspectos de
su vida, incluso en el lenguaje tan actualizado.
Para incluir tales elementos en La paz perpetua es necesario que aparezcan aspectos como el poder y
la violencia. En ese afán por caracterizar a los animales con los seres
humanos, vemos la violencia instintiva del hombre, cuando Odín provoca a John-
John para que acabe con Enmanuel:
ODÍN:
(…) ¿Qué te pide tu instinto?
JOHN-JOHN:
Matarlo.
(pp.46)
Más
adelante, tras el test de preguntas, Odín afirma que los perros no tienen que
estar de ningún lado, llegando a decir que:
ENMANUEL:
Si hubieses visto la sangre de los
inocentes, no hablarías como hablas.
ODÍN: No
conozco a nadie inocente (pp. 57)
Odín
carece de sentimientos hacia el prójimo, su máxima y única preocupación es su
ego. Muestra una actitud muy común en los animales, pero que refleja al
individuo codicioso.
Además,
aparece la violencia utilizada como medio de defensa (en el sentido teórico).
Se plantea esta cuestión ¿Para combatir a la violencia es necesaria la
violencia? Es como el pez que se muerde la cola:
CASIUS: El análisis grafológico indica que sí, que
es impulsivo. ¿Se considera violento?
JOHN-JOHN:
En esta vida, tienes que ser amenazante para que no te amenacen a ti. El otro
tiene que saber que lo pagará caro si se atreve. (pp. 70)
De la
misma forma, John-John cuenta que ha recibido esa formación tan estricta a
nivel físico para sobre vivir. Otra cuestión que se plantea: ¿El que sobrevive
es el más fuerte?:
JOHN-JOHN:
(…) En el colegio nos ponían pelis de
gladiadores. «Os estáis preparando para una lucha a vida o
muerte. No hay sitio para vosotros fuera de esa lucha.»Si
no me dan el collar, deberían sacrificarme. (pp. 73)
Solo sirve para la lucha, para la violencia, como
él mismo dice. No es capaz de pensar, ni de mirar a su alrededor; ni siquiera
está hecho su cuerpo para pensar, pues le duele la cabeza cuando su cerebro se
excita, es un perro creado para el combate. ¿Es probable que haya gente que
solo actúa contribuyendo a la violencia, que no piensa?
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Representación de La paz perpetua: www.tnc.cat |
En la entrevista de John-John aparece el poder
que presenta el hombre para el perro, el
animal se adapta al humano, entregándose a este; puede simbolizar a aquellas
personas que obedecen a «la mano que le da de comer»:
JOHN-JOHN:
Puede que sea menos listo que esos dos,
pero yo sería mejor con un hombre al lado. Él
pensará por mí y yo sentiré por él (…) (pp. 75)
Cabe
destacar que el poder queda reflejado también por la razón, según Enmanuel, es
fundamental para todos los aspectos:
ENMANUEL:
¿De qué vale la fuerza sin una razón que la gobierne? ¿De qué vale un
olfato que se pondrá al servicio de quien más pague? (pp. 76)
En este
fragmento, además, se deja ver el poder del dinero y de las posesiones. El que
está al mando es el que tiene el poder y el que gobernará a su subordinado.
Esto lo podemos relacionar con el poder del humano que obligaba a Enmanuel a
matar a otros perros:
ENMANUEL:
Antes de vivir con Isabel, pertenecí a un
hombre que me hacía pelear. Peleas clandestinas, con apuestas. (pp. 78)
Algo
semejante ocurre cuando su dueño se encargaba de que Enmanuel cumpliera bien su
función de asesino, castigándolo con palizas, aterrorizándolo:
CASIUS: ¿Eras buen luchador?
ENMANUEL:
Tenías que serlo. Si cometías un error, el amo te pegaba hasta que aullabas
pidiendo la muerte. Y cuando pegaba a otro, te hacía presenciarlo, para que
vieses lo que te esperaba. A veces te pegaba porque sí, para endurecerte, decía
él. (pp. 80)
Observamos
que el humano utiliza la violencia para que sus órdenes sean acatadas.
Puedo
agregar que finalmente, el escogido para la plaza es Enmanuel, el perro
racional y sensible; que termina siendo asesinado por sus dos oponentes. Esto
refleja hasta dónde puede ser capaz de llegar el ser humano, matando, si es
necesario por sus propios intereses.
¿Veremos
algún día esa paz utópica?
HUMANO: (…) ¿Recuerda cómo empieza La paz
perpetua? Un cementerio es el único lugar que garantiza la par perpetua. (pp.
91)
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Portada del libro: www.libreriayorick.com |
Referencias:
· - MAYORGA, Juan: La paz perpetua (2009), Oviedo, KRK ediciones
· - http://www.nuvol.com/entrevistes/juan-mayorga-necesitamos-construir-un-personaje-para-vivir/[consultado el 25/5/2014]
[1] http://www.nuvol.com/entrevistes/juan-mayorga-necesitamos-construir-un-personaje-para-vivir/[consultado el 25/5/2014]
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